
Cádiz, un enclave único
La provincia de Cádiz se sitúa en el extremo sur de la península ibérica, en Andalucía, formando parte del punto más meridional de Europa.
Su posición geográfica estratégica —entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, y frente al continente africano— convierte a Cádiz en una auténtica puerta entre dos mundos.
El Estrecho de Gibraltar, límite natural entre Europa y África, le otorga un valor geopolítico, cultural y comercial excepcional, además de una diversidad paisajística y climática que marca profundamente su carácter.

Conservación del paisaje

Preservación de razas autóctonas

Producción alimentos locales

Equilibrio del ecosistema
Una tierra de contrastes
Desde las costas de la Bahía de Cádiz y la Costa de la Luz hasta las sierras del interior y las fértiles campiñas, la provincia presenta una sorprendente variedad de ecosistemas.
En pocos kilómetros se pasa de dunas y marismas a olivares, viñedos y dehesas, lo que hace de Cádiz una tierra especialmente rica para la producción agraria.
Comarcas en la provincia de Cádiz
La provincia de Cádiz se divide en seis comarcas agrarias, cada una con características propias determinadas por su relieve, su clima y sus tradiciones.
El corazón agroalimentario del sur
El sector agroalimentario gaditano es uno de los pilares de su economía y de su identidad. La agricultura, la ganadería y la industria transformadora generan miles de empleos directos e indirectos, y sostienen buena parte de la vida en el medio rural.
Productos como los vinos del Marco de Jerez, el aceite de oliva, los cereales, las hortalizas o la ganadería extensiva de vacuno y ovino conforman un tejido productivo de enorme valor económico y cultural.
Además, la provincia apuesta cada vez más por la sostenibilidad, la innovación y la calidad, combinando la tradición del campo con nuevas tecnologías y modelos productivos respetuosos con el entorno.
Un legado vivo
El campo gaditano no solo alimenta, también preserva paisajes, tradiciones, saberes y modos de vida.
El trabajo de agricultores y ganaderos mantiene viva una herencia milenaria que forma parte del alma de la provincia.


